Sin saber qué son ciudades, de modernidad ni hablar

Esta semana el Departamento Nacional de Planeación presentó una nueva herramienta para el estudio de las ciudades en Colombia. Se llama el Observatorio del Sistema de Ciudades (OSC), se deriva de la recomendaciones que hizo hace algunos años la Misión para el Fortalecimiento del Sistema de Ciudades en Colombia y presenta un cúmulo de información, metodología (incluso el metadato) y resultados del que denominaron el Índice de Ciudades Modernas (ICM). Es un gran esfuerzo que ha realizado el DNP en compañía de la cooperación alemana y de la Universidad del Rosario.
El director, en su presentación, enfatizó en que esta plataforma es la versión 1.0 del observatorio e invitó a que los que estemos interesados aportáramos para el constante mejoramiento del mismo. Como estoy interesado los temas de ciudades, y especialmente en los asuntos territoriales en Colombia, considero que dejar aquí algunas ideas para la discusión puede enriquecer la conversación para proponer futuras versiones al observatorio.

1. Consolidar el Sistema de Ciudades
Uno de los panelistas mencionó que ahora que ya tenemos observatorio, debemos pasar a la siguiente fase “consolidar el sistema de ciudades”, porque para él y lo secundo, aún no existe un sistema de ciudades claramente consolidado.
Para ello hay que profundizar el debate, ampliar el conocimiento, mover las ideas. En ese sentido, considero que un primer paso es que muchos, ojalá todos, conocieran la Misión Sistema de Ciudades (dando click izquierdo puede ir a la página donde está toda la información detallada sobre la misión).
Ahí se encuentra el libro final publicado en el 2014 con las 19 recomendaciones para el fortalecimiento del sistema, pero más importante aún (pero escondido en un vínculo en la parte inferíor de la página) son los llamados Estudios Terminados, donde múltiples personas hicieron una aproximación rigurosa a diversos temas que permitieron concretar el ya mencionado paquete de recomendaciones, donde se recomendaba crear el observatorio.
Leer y dar a conocer estos documentos es fundamental, así que invito a leerlos, compartirlos, criticarlos, aportarles, enseñarlos y multiplicarlos (En el OSC publicaron algunos de los estudio en la sección de PUBLICACIONES yo opino que deberían publicarlos todos).

2. El Índice de Ciudades Modernas
No se complica por la pesadez del concepto de Modernidad, que en mi opinión aún estamos por entenderlo y aplicarlo en esta sociedad con más luces de pre-modernidad que de modernidad.
Por el contrario, es un índice pragmático escoge un grupo de categorías y hace una medición que da como resultado un ordenamiento de las aglomeraciones o de los municipios (según el gusto del que quiera consultar la información, para entender la diferencia hay que leer la metodología) y permite explorar un ranquin general y ránquines específicos para cada uno de las categorías seleccionadas.
La medición hay que refinarla en la media en que tengamos mejor resolución de la información y más variables para incluir, pero en esta versión 1.0 tenemos una línea base para comparar lo que pase en los próximos años. Aquí hay mucho que debatir, debemos leer la metodología, compararla con algunas referencias como el de Indice de Ciudades Prósperas propuesto por ONU-Habitat, pero es un buen punto de partida.
Ojalá de que paso nos sirva para debatir sobre qué es la modernidad y porqué estamos tan lejos de ella.

3. La sostenibilidad empieza por casa
El propósito del observatorio es ayudar a la consolidación de ciudades sostenibles en el país. Entonces aplicando la lógica de que el ejemplo empieza por casa, le pregunto al DNP ¿es sostenible el Observatorio del Sistema de Ciudades?
Creo que es una pregunta sensata pues si queremos hacer sostenible una organización social tan compleja como es una ciudad, creo que debemos empezar por hacer sostenible una organización social tan simple como un equipo que sea responsable de un observatorio.
Con esto dicho hago unas preguntas un tanto más específicas ¿hay un equipo asignado en el Departamento Nacional de Planeación que conozca el proceso, la metodología y este en condiciones de hacer que el observatorio sea sostenible en el largo plazo? ¿Están asegurados los recursos para continuar actualizando la información y que no se repita la historia del ya difunto pero muy valioso en su momento SIG-OT? (Por cierto el SIG-OT también se desarrollo gracias a la ayuda de las sociedades modernas Europeas), y una tercera, ¿Quedó instalada capacidad técnica (ingenieros que sepan programas e innovar) en el Departamento Nacional de Planeación para administrar, mejorar e innovar en una base de datos de esta envergadura, o va a depender el OSC de contratos esporádicos a equipos externos al estado para hacer la más mínima modificación?

4. La necesidad de definir a la ciudad
Y para finalizar quiero mencionar el asunto del sesgo municipalista que aún es evidente en el OSC, la información que tenemos está estructurada en la base de datos como municipios y las aglomeraciones (que son un concepto que suena un poco más sofisticado) no son más que sumatorias de municipios.
Es decir, estamos lejos de una definición moderna de ciudad y eso impacta de manera negativa en la forma como analizamos el fenómeno y claro la forma como buscamos soluciones para implementarlas. La definición que publica el OSC desilusiona, dice en el glosario (En la sección GLOSARIO del OSC): “Unidad socio espacial básica de soporte de la producción cultural, de la innovación social y de la actividad económica en el mundo contemporáneo (Política Urbana “Ciudades y Ciudadanía” del Ministerio de Desarrollo Económico, 2004).”

Creo que para hacer política pública sobre ciudades en Colombia estamos tarde en la tarea de definir jurídica y legalmente ¿Qué es una ciudad?, sin definición jurídica es muy difuso la posibilidad de ejecutar con claridad planes, programas, recursos y más aún medir los impactos. En este momento, si le aplicamos la misma lógica que se aplicó en el caso de Avianca, al afirmar que es servicio público solo por el hecho de estar en una ley sin considerar ningún criterio técnico sobre conceptos necesarios en la definición de bien público como es el de exclusión y rivalidad, la ciudad en Colombia no existe.

Estoy seguro de que en nuestro país hay abogado brillantes que no están preocupados por dilatar términos de procesos, ni por defender a personas jurídicas que evitan pagar impuestos llevando dinero a islas caribeñas, ni por defener a violadores confesos y a sus hermanos, ni en buscar mecanismos para que la ley siga estando al servicio de pocos y no de la mayoría. Esos abogados conocedores del derecho, e interesados en los temas urbanos, nos deberían ayudar a definir la ciudad, para que no seamos de los pocos países del mundo que no ha definido que es una ciudad. Para que empecemos a ser un poco más modernos donde las ciudades al menos existen.

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