Mientras tanto, ¿qué se estará preguntando Juan Manuel?

La semana pasada Juan Manuel Santos recibió en el desierto de los Emiratos Árabes* una donación de 45 millones de dólares a cambio de abrirle “muchísimas puertas” a la inversión emiratí. El príncipe heredero anunció la entrega de 45 millones de dólares (cifra cercana a 130.000 millones de pesos, monto similar al recorte del presupuesto de COLCIENCIAS para el año 2018) que servirán para “avanzar en construcción de paz”.

Al poco tiempo, el Ingeniero Rodolfo Hernández, Alcalde del municipio de Bucaramanga, reaccionó a este suceso formulando 5 preguntas a  Juan Manuel Santos que aún no han sido respondidas por el cuestionado. Considero que las preguntas formuladas son importantes, no solo para el debate actual sobre el ecosistema de Santurbán sino para muchos de los retos que Colombia enfrenta para fortalecer su frágil democracia. A continuación quiero analizar cada una de las preguntas formuladas y sus implicaciones.

1. Ponerse en los zapatos del otro es necesario para la cohesión nacional: Puede sonar a queja constante de las regiones hacia Bogotá, pero en la primera pregunta el Alcalde hace un llamado de atención sobre las decisiones que se toman en la capital sin analizar las consecuencias que éstas tienen para una región. Al preguntar si Juan Manuel Santos tomaría la misma decisión en caso de que el agua del ecosistema de Santurbán fuera la que él se va a tomar, está haciendo énfasis en la cohesión territorial que demanda Colombia. El país no puede continuar tomando decisiones donde las ganancias se concentren en el centro o en algunas empresas mientras las externalidades negativas quedan en el territorio y las pagan las comunidades (los ejemplos abundan pero con analizar la Guajira, el Chocó o Putumayo es suficiente).

2. Los servicios ambientales y la necesidad de compensación: En la segunda pregunta, el Alcalde utiliza a la población que se beneficia de manera directa del agua del páramo (calculada cercana a los 2.5 millones) y pregunta si vale la pena que en una región donde ya el acceso al agua es escaso, vale la pena incluir un factor de riesgo más. En este contexto se hace evidente el debate que tenemos que dar como sociedad sobre las compensaciones ambientales. Si queremos (en este caso 2.5 millones de personas) que el agua se proteja debemos aportar a las comunidades de Santurbán para que así lo hagan; transferencias directas de las ciudades a los habitantes que protegen el ecosistema de Santurbán es un mecanismo para compensar por sus servicios ambientales.

El ministro de Ambiente ha dicho que debemos pasar a una fase de colaboración ya que hasta el momento poco se ha hecho en las comunidades protectoras del ecosistema. Ojalá el Ministerio analice las causas de esas bajas inversiones en la zona de Santurbán y nos explique por qué no se ha hecho nada en esas comunidades en los últimos ocho años, ya que al fin y al cabo es el ejecutivo el encargado de esas inversiones.

3. Los estudios técnicos deben ser públicos: Se requiere con urgencia contar con estudios serios sobre el impacto de la explotación minera en el ecosistema de Santurbán. No pueden ser los estudios que permitieron que el hoy preso Eike Batista vendiera los derechos al fondo emiratí Mubadala para saldar su deuda, ni pueden ser estudios pagados por Minesa. Se debe impedir que emerjan conflictos de interés y para ello los estudios deben ser públicos. Esto quiere decir que deben ser pagados por el Ministerio de Ambiente, y el comité de seguimiento debe estar compuesto por múltiples instancias de la sociedad (tales como la gobernación, el Instituto Humboldt, la Alcaldía de todos los municipios que hacen parte de la cuenca hídrica y los usuarios del agua como bien público) que tengan acceso a la información y puedan debatir los resultados.

Es realmente "macondiano" que el servicio privado y particular de Avianca sea considerado servicio público esencial según la ley y que el agua, uno de los bienes públicos por excelencia en cualquier libro de teoría económica no se le considere de la misma forma. No se debe olvidar que el ecosistema hídrico de Santurbán es uno solo y no se puede fraccionar, en este sentido el Alcalde Rodolfo ha usado la metáfora de un cuerpo apuñaleado para explicar la singularidad del argumento que sostiene que se puede hacer un agujero a la montaña, rellenarlo de concreto y que no le pase nada al acuífero.

4. Una democracia no funciona de manera adecuada sin la correcta separación de los poderes: La semana pasada se hizo evidente la injerencia de algunos senadores ante órganos de control y de justicia para evitar la revocatoria del mandato al Alcalde de Barrancabermeja. Si el ejecutivo no es garante de las decisiones de la rama judicial o del legislativo no es posible defender los principios básicos de la democracia. Y es peor si el ejecutivo considera que puede pasar por encima de esas decisiones.

Cuando la Corte Constitucional planteó la necesidad de redefinir los límites de páramo dentro del ecosistema de montaña de Santurbán, debió ser impensable para un presidente respetuoso de la democracia comprometerse con otro Estado-nación a permitir el uso de ese ecosistema para la explotación minera. Si en Colombia no aprendemos que los poderes deben estar separados en su relacionamiento de la misma forma como los separaron urbanísticamente en el centro de Bogotá (totalmente aislados por plazas públicas) no vamos a poder construir una democracia moderna.

5. La participación es buena, siempre y cuando no participen: La constitución de Colombia de 1991 planteó la participación como uno de sus pilares. Después de décadas de explotación minera en el país, las comunidades han comprobado que las economías de enclave extractivo permite que la riqueza del subsuelo se vaya pero la pobreza sobre el territorio permanezca. Ante este hecho se han manifestado contra la explotación minera a través de consultas populares que han generado todo tipo de oposición desde el gobierno nacional. Parece que a los funcionarios que dicen respetar las leyes les parece muy bien que la participación aparezca en la norma, pero cuando se aplica les molesta. La quinta pregunta del Alcalde hace énfasis en este reto que tiene Colombia en los próximos años. ¿Realmente queremos fortalecer la participación ciudadana o preferimos esquemas dictatoriales donde la participación se rechaza?

El ministro de Ambiente habla de demagogía o populismo ambiental y enfatiza que el tema no se ha manejado de ni manera técnica ni seria. Pero cuando una comitiva estatal se va hasta Abu Dabi a hablar con representantes de otro Estado, se compromete con cosas que no ha consensuado con sus ciudadanos y adicionalmente comunica con resaltado que la inversión será en turismo y agronegocios minimizando el interés de los Emiratos Árabes en la minería, a mí me suena a demagogía.
Lo más importante para empezar a dar un debate técnico, serio, transparente y democrático, sería que el presidente Santos contestara estas preguntas que los ciudadanos le enviaron a través del Alcalde Rodolfo Hernandez.

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* Llama la atención cómo la noticia hace uso del resaltado para disminuir la relevancia del tema minero. En tiempos de noticias falsas aún no nos sentamos a discutir sobre “noticias desviadas”, “noticias guardadas” y “noticias priorizadas”, algunas de las múltiples estrategias que se usan regularmente por los medios tradicionales de comunicación para alejarse de la verdad o de la transparencia. El debate no se puede simplificar a blancos y negros, en el “fake news” hay muchos grises. 

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